Puentedey: el puente de Dios
Caminando por las calles de Puentedey podemos pensar que estamos en un pueblecito más de las montañas de Burgos: pequeño, de casas de piedra, calles empedradas, con su iglesia románica, gatos por las calles, alguna persona mayor asomada a la ventana... Sin embargo, si cambiamos la perspectiva, bajamos unas decenas de metros y observamos donde está construido el pueblo, posiblemente caigamos en la cuenta de que es un lugar único, especial. Diría más, en mi opinión, un lugar demasiado perfecto para haber sido creado por el azar de la naturaleza. En este caso reconozco que el pueblo no puede tener mejor nombre, Puentedey: «El Puente de Dios« (Los viajes de Alén)
¿Donde está Puentedey?
Puentedey pertenece a las Merindades, comarca mágica del Norte de la provincia de Burgos, a unos 90 km de la capital de provincia. Si os fijáis se encuentra en el centro del triángulo formado por Burgos, Santander y Bilbao.
Desde luego, es un lugar que se encuentra bastante a tras mano, por lo que hay que acercarse expresamente a conocerlo. Pero merece la pena descubrirlo, así como el resto de la región de las Merindades.
Nuestra visita
Nosotros decidimos conocer este pueblo en un viaje de regreso de Cantabria a Madrid. Este trayecto lo hemos realizado, por motivos familiares, en múltiples ocasiones, pero hasta hace poco desconocíamos la existencia de Puentedey. Esta vez, que teníamos más tiempo, decidimos desviarnos de nuestra ruta y conocer este pueblo. Y compartir este lugar secreto en nuestro blog.
Al llegar con el coche nos topamos sin buscarlo con la impresionante imagen: un río de aguas cristalinas, el río Nela, una enorme cueva de piedra caliza, un pueblo colocado justo encima del gigantesco puente natural que forma la roca. Unión perfecta de naturaleza y construcción humana.
Decidimos aparcar el coche en la parte baja del pueblo, junto a un puente sobre el río Nela, consideramos que es la mejor opción: dejar el coche y descubrir el lugar caminando.
Entrando en la cueva kárstica
Nos dirigimos de manera casi hipnótica hacia el interior de la enorme cueva. Es todo un espectáculo geológico, es increíble pensar que esta enorme abertura, como un puente perfecto, haya sido creado por la naturaleza debido a la acción del agua sobre la roca caliza durante miles y miles de años.
Una vez dentro del «túnel» resulta difícil de asumir que sobre ese hueco vacío haya un pueblo con sus calles, su iglesia y sus habitantes.
Es inevitable también pensar que desde hace miles de años este lugar haya servido de cobijo desde la prehistória.
Nos sorprendió lo fina que era la arena a las orillas del río Nela. Se nos antoja que debe ser un lugar ideal para disfrutar del baño en verano, con playa, arena y sombra.
Nos llamó la atención unas marcas oscuras en las paredes de la cueva, seguramente manchas de humedad, pero que despertaban nuestra imaginación, «quizás sean trazos decorativos que pintó el ser superior que construyó este rincón».
Subiendo a conocer la parte alta del pueblo
Una vez atravesado el túnel, desde el otro lado decidimos subir a lo alto del pueblo. La subida era muy bonita paisajisticamente, se podían ver las paredes calizas de las hoces que forma el río Nela en los alrededores. Realmente la zona es preciosa.
Entramos a la parte alta del pueblo, que es la zona más antigua y más pintoresca. Las calles estaban desiertas. Las casas y los muros de piedra nos daban la bienvenida. Entre el conjunto destacan dos edificios: un palacio del siglo XV, de estilo gótico y la iglesia románica de San Pelayo del siglo XI. Ambos edificios estaban cerrados, por lo que sólo pudimos contemplarlos por fuera.
Las fachadas de las casas están bien cuidadas por los habitantes de Puentedey, donde encontramos coquetos detalles que nos gustaron.
Las vistas desde el pueblo a los paisajes de alrededor son muy bellas, siempre con el río Nela como hilo conductor. Si una vez que llegas a la iglesia continuas por un camino en ligera subida en dirección a la Cueva del Paño, encontrarás un mirador con una vista preciosa de Puentedey, en donde se aprecia como las casas están subidas sobre un espolón rocoso.
Salimos encantados de nuestra visita y de regreso a Madrid concluimos que Puentedey es un lugar que merece estar incluido en nuestra personal colección de «Los pueblos más bonitos de España».
En los momentos de estrés, de trabajo, de ajetreo del día a día, un buen remedio es cerrar los ojos…relajarse…e imaginarse caminado por debajo del mágico puente de roca de Puentedey: el puente de Dios… (Los viajes de Alén).
Hola
No lo conocía , q precioso , lo anoto a la lista , gracias por toda la información ,
Nos alegramos de haberte descubierto un lugar nuevo.
¡Gracias Nieves por el comentario!